Un viaje repleto de atmósferas densas y amenazantes y alguna posibilidad de luz en el nuevo LP de Juan, con edición limitada en vinilo.

 

En febrero de 2020 Juan estaba ultimando la banda sonora de la película El Rastro Firme del director cordobés Fernando Gómez Luna (Omen Cinema y Qustodia Films), donde además había realizado el montaje de sonido. La irrupción de la pandemia y el forzoso parón global le hicieron volver al score original con la idea de extender el potencial de las canciones más allá del film; rescatar otros tracks descartados; incorporar nuevos pasajes musicales; jugar con nuevas grabaciones de campo alejadas de las imágenes de la película.

Así es como desde la pandemia -en su momento más crudo- y hasta agosto de 2021, Juan se encierra en un minucioso proceso de creación y revisión constante de las definitivas ocho canciones de El Rastro Firme. Tracks que funcionan como fragmentos de un mundo en descomposición. Un viaje por un tiempo incierto, repleto de atmósferas densas y amenazantes, aunque con alguna posibilidad de luz. El ambient (en sus diferentes acepciones) colisiona con melodías intimistas y loops hipnóticos que mantienen una pugna constante entre meditación y tensión. Una colección de grabaciones de campo registradas en las provincias de Córdoba, Cádiz, Granada y Bizkaia se cuela en la mayoría de los cortes, pero desprovistas de apego a su realidad original, como si fueran secuencias de tiempos extinguidos.

La escucha del disco es un rara avis porque invita al recogimiento, al ejercicio de la escucha individual en oscuridad, ahora que empiezan el verano, los festivales y las ganas de sudar bailando en masa. Este trabajo en apariencia alejado de su anterior EP Blurred Intentions en Several Roots, está más próximo de lo que aparenta, sobre todo en ese gusto por mantener una calma tensa con atmósferas a la par inquietantes. Juan se ha propuesto con El Rastro Firme detener el tiempo, si es que eso es posible.