Moneo: «Dentro de la escena me definiría como el artista favorito de tu artista favorito»
Pillen un cómodo asiento, estamos ante Moneo, el artífice junto a su círculo más íntimo de “25 Madrugadas”, un trabajo personal que irradia el lado más introspectivo del artista de alma libre e indomable. Hablamos con Moneo y conocemos de primera mano qué se esconde detrás del artísta y de su nuevo trabajo.
¡Hola Moneo! A modo personal, vamos a separar el cuerpo del alma para entender tu origen, ¿Quién está detrás de Moneo? ¿Cuándo tomas contacto con la música? ¿Cómo te defines dentro de la escena?
Detrás de Moneo hay una persona atormentada levemente por encima de la media y con la dudosa habilidad de destilar la decadencia para convertirla en algo medianamente bonito. Hago música desde pequeño porque mi familia se dedica y se ha dedicado siempre a la música, realmente yo quería ser futbolista como cualquier chiquillo de mi edad, pero por una mera cuestión socio económica dentro del seno familiar me acabe dedicando a la música y al final le acabe pillando el gustillo.
Dentro de la escena me definiría como el artista favorito de tu artista favorito. Me escuchan más los de dentro que los de fuera, ya que lo que hago es difícil que llegue a las masas, y dudo mucho que en las discotecas pongan algún tema de 25 madrugadas.
¡Flamenco! ¿Qué significa para ti este término?
La pregunta de qué es para mí el flamenco es un tanto dispersa, es como preguntarle a un microbiólogo que qué es para el la ciencia. El flamenco para mí puede ser desde un ave migratoria de color rosa hasta una amalgama de sonido, letras, costumbres y tradiciones heredadas a través de la transmisión oral a través de muchos siglos y de la cual yo ahora bebo desde el respeto y la admiración para poder llevar a cabo la música que hago.
Eres un artista polifacético que no se amarra a algo concreto, y unas de las cosas que hemos observado a lo largo de este tiempo atrás es tu sinergia con diferentes artistas de la escena como Foyone, Las Ninyas del Corro, Dellafuente o Space Surimi ¿Quien sería un fetiche con el que experimentar tu música?
Cualquier persona que haga las cosas con gusto. Desde Mónica Naranjo a Babi, pasando por fuel fandango o el chaval que canta en el Tabanco de mi barrio. Siempre que tengas la mente lo suficientemente abierta como para experimentar pero lo suficientemente cerrada como para que no se te escurra el cerebro, cualquier cosa que salga de un estudio va a ser cuando menos interesante.
Haciendo introspección hacia una etapa tan cruda como ha sido la del covid, ¿Qué has sacado a nivel artístico / personal en positivo y en negativo de todo esto?
De la pandemia lo único que he sacado positivo ha sido una PCR. Esta pandemia ha dejado tocadisima a mucha gente a nivel mental, me incluyo.
“25 Madrugadas” ya resuena en muchos oídos, y nos da muchas pistas, pero las claves del disco solo las sabes quien las crea ¿Por qué “25 madrugadas”? ¿Nos definirías con tan solo una palabra cada track del álbum en orden?
El nombre del álbum viene de compartir estudio con 8 personas y no poder ir nunca de día, aprovechar el insomnio que a día de hoy sigo sufriendo y en la madrugada, cuando nadie me ve, puedo ser o no ser, aprovechar para grabar todas las guías e ideas del álbum. Fueron muchas madrugadas, muchas más de 25.
1. Cinismo
2. Desesperanza
3. Amor
4. Hastío
5. Rabia
6. Dolor
7. Decepción
8. Soledad
9. Precariedad
10. Ego
11. Ansiedad
12. Romanticismo
13. Desilusión
14. Raíces
15. Autocrítica
Dentro de 25 Madrugadas encontramos un “ente” muy actual como es la pérdida de la sensibilidad del artista por la problemática del ego y el orgullo ¿Dónde has percibido esa falta de valores? ¿Crees que uno se puede curar de tal situación?
Desde el nacimiento del arte moderno hasta el día de hoy el arte ha dejado de ser un medio para reflejar realidades, en el momento en el que se estableció que cualquier cosa podía ser considerada arte, se abrió la veda para que miles de parásitos con ansias de atención usurpasen los tronos de los verdaderos reyes, ayudados, por supuesto, por sus leales vasallos, los trepas capitalistas que hicieron de esto el gran negocio y nos metieron el símbolo del dólar por el culo sin lubricación previa.
Así llegamos a la miseria posmodernista del presente, con un panorama artístico símbolo universal de la decadencia de occidente en el que ya no importa lo que se dice o lo que se hace, si no quien lo dice o quien lo hace, donde se premia la exaltación de la mediocridad y se invisibiliza la virtud, donde el culto a la personalidad de los ídolos de plástico prefabricados supera a cualquier dictadura distópica y donde el adagio “una imagen vale más que mil palabras” cobra un sentido escalofriante, comida rápida, pornografía barata, garrafón artístico, arte en serie comiéndose cual plaga de langostas las cosechas ya botríticas del arte en serio.Y como diría unamuno, vencerán, pero no convencerán, porque la gente, el vulgo, la plebe, amén de sorda en ocasiones, no es idiota, y la industria musical es una estructura podrida a la cual solo hace falta derribar la puerta para que toda ella se venga abajo con facilidad.
Y cuando vengan los malos tiempos, cuando la miseria muerda las despensas y cuentas bancarias de los últimos de la cadena, de la base de la pirámide, cuando inevitablemente todo acabe colapsando, ya sea por una pandemia, por una guerra, por una crisis económica o por una revolución… ¿seguirá la gente consumiendo y reproduciendo el detritus ultra procesado que impone la industria? ¿o buscará refugio en la contracultura, en la música con carga cultural, mensaje y crítica, huérfana de público y herida de muerte a día de hoy? Solo el tiempo nos dará la respuesta aunque a riesgo de parecer agorero, mas que como una lucha justa, el panorama luce como una carga suicida de caballeria ante una línea de mosquetes que disparan mediocridad.
El nuevo álbum es sin duda un trabajo visceral, sensible y que invita a disfrutar de un orden de situaciones en las cuales muchos se pueden sentir identificados, a modo crítica ¿Crees haberte dejado algo en el tintero por expresar? ¿Qué sensación has tenido al liberar todo lo que tenías dentro?
Realmente hay muchas canciones y conceptos que se quedaron fuera del álbum, este álbum es más una demostración de fuerza, de versatilidad, es una forma de decirle al público desde primer momento que tiene que acostumbrarse a que aunque los trabajos tengan un hilo conductor marcado como es el flamenco o el rock andaluz, vamos a dar bandazos musicales a muchos otros estilos, que la música está para experimentar sensaciones, no solamente para satisfacer una demanda comercial.
Por otra parte es bonito regalárselo el mundo de forma incondicional, es como sacar una lasaña del microondas después de haber esperado esos minutos que son pocos pero que se hacen eternos…
Háblanos del equipo humano y técnico con el que has llevado a cabo esta obra ¿Cómo ha sido el proceso de creación? ¿Qué momentos se te han quedado grabados para los restos?
Toda está moralina musical y lírica no hubiese sido posible sin el apoyo elefantiasico e incondicional de mi querido Manué, la otra parte de Sherry Fino, quién en aras de crear algo nuevo, bonito y sublime sacrificó muchas de sus madrugadas para poder llevar a cabo un proyecto tan volátil como la estabilidad emocional de un zoomer.
En el apartado te los arreglos tenemos a Faly Abad al bajo, Chick Juárez a los teclados, Mary Queen, Álvaro Valle y Gema Carrasco a los coros, Tato Vela a las cuerdas frotadas, mi padre Jesús el guardia y Ramón Trujillo a las Guitarras, Mixtlan Solomon a la flauta y José Peña, José Rubichi y El Bo a las palmas y los jaleos.
Un equipo humano y profesional increíble que le da a esto la verdadera categoría de música, sin ellos ni ellas nada de esto hubiera sido posible. Las anécdotas son incontables y muy variadas, pero una de las más interesantes es cuando Mixtlan, que es argentina, me dio a probar mate por primera vez.
Al principio le comentaba que sabía a puñalada en la costilla a las 6 de la mañana en un after sabinesco, pero al final le pillé el rollo y ahora lo tomo a diario.
A modo random…
Te dan la opción de irte a otro planeta pudíendote llevar solo tres cosas ¿Qué te llevarías?
A un planeta de clase M de origen omicroniano con un tarro de salsa miel y mostaza, otro de salsa barbacoa y dos litros de alguna bebida carbonatada sin azúcar. Espero de verdad que alguien entienda esta referencia o perderé la poca fe en la humanidad que me queda.
¿Qué le dirías a tu “yo” de hace 5 años?
Le diría que dejase de apartar las piedras de los caminos de otros y que se centre en ser el protagonista de su propio spin-off independiente.
Dinos algo más; Un tema fetiche, una comida que te flipe y algo random que quieras soltarnos…
Mi tema fetiche es la historia y la geopolítica, soy el típico que se carga las cenas familiares comentando por qué la guerra en el Nagorno Karabaj está directamente ligada con la subida del precio de los Risketos. Honestamente soy un tipo bastante pelmazo y no le recomiendo a nadie cenar conmigo. Hablando de cenar, soy cocinero, de hecho lo estudié por vocación. Supongo que con esta cara que tengo no me quedaba otra que conquistar por el estómago. No tengo comida favorita pero me encanta la gastronomía mexicana y por supuesto el picante.
Y ligando justamente esto con la última pregunta… Por lo visto los receptores que se activan cuando consumimos capsaicina (la sustancia que hace que ciertos chiles piquen) no son los receptores del sabor, sino los receptores del dolor. Esto significa que si te gusta el picante, no te gusta cómo sabe el picante, te gusta cómo DUELE el picante… Así que… Quizá si te gusta mucho el picante puede ser el momento de probar cosas nuevas en otros aspectos de tu vida… No sé si me explico.
Disfruta a continuación del álbum 25 Madrugadas completo: