Las videoconsolas han marcado una estrecha unión entre usuario y el mundo ciber-digital. Nos han hecho conocer todo aquello que está fuera de la realidad tangible haciéndonos partícipes de aventuras en 8, 16, 32, 64 y 128 bits 🎮.

 

Los videojuegos no solo nos han enseñado a descubrir un amplio mundo digital, sino también a apreciar bandas sonoras únicas e irrepetibles. Los sonidos y efectos especiales son un instrumento imprescindible de estas maravillas virtuales, pero, ¿Qué sería de un buen videojuego sin una emblemática banda sonora que nos acompañe durante toda la historia del mismo?

Hemos recopilado una lista de bandas sonoras desde el sonido más underground y reconocible, hasta el sonido más surrealista y contemporáneo.

 

GTA Vice City Stories (2006)_

GTA es sin duda una de las sagas más consagradas por todos los usuarios. Esta marca llegó para quedarse y ha sido sin duda el epicentro de los videojuegos más libres de prejuicios en cuanto a jugabilidad. Vice City Stories recoge, al igual que todas sus diferentes partes un sin fin de banda sonoras desde el country más sureño hasta el hip hop más clásico de finales de los 80´s. Cada frecuencia de la radio que alternas con los botones R1 y L1 contiene paquetes de canciones seccionadas por géneros de lo más representativo a nivel global.

Recalcamos un tema propio de las batallas de bboys perteneciente al grupo Planet Patrol – Play Your Own Risk

 

 

Wipeout 2097 (1996)_

Este videojuego adelantó a sus usuarios una forma de concebir las carreras en versión futurística. “2097″ es la segunda entrega de esta saga de aeronaves de carreras que llegó a PlayStation 1 en 1996. El desarrollador del videojuego hizo una selección de banda sonora magistral, Prodigy, Underworld o Chemical Brothers son algunos de los protagonistas en su tan estrechada lista de canciones. Destacamos un clásico entre los clásicos, “Firestarter” de The Prodigy pone ritmo a las carreras del videojuego pero en formato instrumental sin letra (suponemos que para evitar censuras por sus letras).

 

 

Rollcage (1999)_

¿Quién no soñó conducir un coche que si estuviese volcado pudiese continuar su vida tan feliz? Rollcage llegó a PlayStation en 1999, desarrollado por Psygnosis -los mismos desarrolladores de la saga Wipeout-. Este videojuego de carreras solo tuvo dos partes pero ambas llevaban inyectadas el mismo gusto musical que sus otros títulos anteriores. En su tracklist podemos apreciar temas de FatBoy Slim, Aphrodite, Ratman o Freestyles.

 

 

NFS Underground 2 (2004)_

Nuestra vida cambió cuando NFS hizo aparición con su serie de juegos “Underground” permitiéndonos customizar el coche hasta los topes. Electronic Arts -la desarrolladora- tiene una amplia y considerada experiencia en el formato simulador de conducción con sus más de 10 entregas a su espalda. Need For Speed se convirtió en el compañero de horas muertas donde el usuario daba rienda a la imaginación tuenando el coche hasta parecer una nave espacial. Esta consagrada marca ha tenido siempre una importante consideración entre entretenimiento y banda sonora, ya que, era de vital importancia hacer sentir al jugador sumergido en un jerga propia del mundillo del tuning. En su amplia banda sonora, se encuentran grupos tales como Snoop Dogg, Terror Squad, Xzibit, Paul Van Dik o The Queens of the stone age.

 

 

Silent Hill 1 (1999)_

Llegamos a una parte sensible e inhóspita, Silent Hill quizás sea uno de los juegos que más nos han hecho tener pesadillas, o al menos no sacar la pierna de la cama “por si acaso”. Konami lanzó en 1999 la primera parte de lo que se acabaría convirtiendo en una de las sagas de videojuegos de mayor terror psicológico. En este juego (al igual que en todas sus diferentes partes) el surrealismo, la dirección artística y la historia hacen mella en los corazoncitos más sensibles. Su productor musical “Akira Yamaoka” eleva al cubo la relación entre historia y acompañamiento musical. Las producciones de Silent Hill son de carácter tétrico, asfixiante pero de una bella composición entre todos sus instrumentos 🥶. Creemos que pocos han sabido conjugar a la perfección esta simbiosis de calidad musical y de dirección artística.